La mente humana es sumamente complicada y llevamos años como especie intentando entenderla. Y hasta la fecha hay muchas corrientes que buscan darle su propio enfoque para poder explicarla.
Existen dos muy llamativas, las cuales son el estructuralismo y el funcionalismo, que cada una cuenta con características propias. Ambas cuentan con un enfoque distinto que permite conocer mejor nuestra mente.
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Diferenciando entre estructuralismo y funcionalismo.
Al ser ambas enfocadas en el estudio del cerebro humano puede llegar a haber confusión. Por eso mismo, ahora vamos a aclarar que hace cada uno.
El Estructuralismo: Analizando los elementos de la experiencia
Fue una corriente psicológica desarrollada en la segunda mitad del siglo XIX, liderada por el psicólogo Wilhelm Wundt. Se centraba en el análisis de la estructura de la mente humana, buscando identificar y describir los elementos básicos de la experiencia consciente.
Su objetivo era descomponer la mente en componentes más simples, llamados «elementos de la conciencia». A través de la introspección, los estructuralistas buscaban examinar y analizar la experiencia subjetiva de los individuos, dividiéndola en sensaciones, emociones y pensamientos elementales.
El método utilizado para ella era la introspección, consistía en que los sujetos describieran detalladamente sus experiencias mentales en respuesta a estímulos específicos. Esta técnica permitía a los psicólogos que usaban el estructuralismo para recolectar datos sobre los elementos básicos de la experiencia humana y desarrollar teorías sobre su organización y funcionamiento.
El Funcionalismo: Estudiando la función y la adaptación
Por su parte, esta corriente se enfocó en el estudio de la función y la adaptación de la mente y el comportamiento humano. Se desarrolló en los Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX, con destacados representantes como William James y John Dewey.
Los funcionalistas se interesaron por comprender cómo la mente y el comportamiento se adaptan a su entorno y desempeñan funciones específicas para el individuo. Se centraron en el estudio de los procesos mentales superiores, como la memoria, la percepción, el aprendizaje y la resolución de problemas, buscando entender cómo estas capacidades contribuyen a la adaptación del individuo a su entorno.
Una de las principales diferencias entre ambas corrientes es que los funcionalistas no se limitaron al estudio de la conciencia, sino que también consideraron los aspectos no conscientes de la mente. Para ellos, la mente y el comportamiento humano tenían una función práctica y adaptativa, y debían ser estudiados en relación con su utilidad para el individuo y su supervivencia.
Al final, podemos decir que ambas corrientes se complementan.
A pesar de sus diferencias podemos considerarlas complementarias, y que además han dejado un legado importante en la psicología moderna. A continuación, destacaremos algunos de los aportes más relevantes de cada corriente:
El estructuralismo sentó las bases para el estudio científico de la psicología, al introducir métodos rigurosos y sistemáticos de investigación, como la introspección.
El funcionalismo amplió el campo de estudio de la psicología al incluir aspectos como el comportamiento animal, la educación y la psicología aplicada. Además, influyó en el desarrollo de corrientes posteriores, como el conductismo y el cognitivismo.
Es importante mencionar que, si bien el estructuralismo y el funcionalismo fueron corrientes dominantes en su momento, la psicología ha evolucionado considerablemente desde entonces (seguro te fijaste que siempre los describía en pasado)
Hoy en día, existen múltiples enfoques y corrientes teóricas que han enriquecido nuestra comprensión de la mente y el comportamiento humano. Pero no por ello vamos a negar su aporte.