La vainilla es uno de los sabores más populares del mundo, junto con el chocolate y la fresa. Por lo regular lo asociamos con postres como los helados, pero la realidad es que es utilizado en una amplia variedad de alimentos.
Pero algo que muchos desconocen es que existe más de un tipo de vainilla. Ya que otra de las más populares y conocidas es la vainilla francesa, que posee características particulares que la hacen distinguirse.
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Diferenciando entre vainilla francesa y vainilla tradicional.
Hay que saber que este tipo de vainilla existe en el mundo de los helados, por lo que vamos a enfocarnos en ello.
¿Qué es la vainilla?
Para el aspecto que nos ocupa, es uno de los sabores más populares que existen. Es creado con una mezcla de azúcar, leche y crema, que mezclados en la cantidad exacta da paso a uno de los sabores más deliciosos.
Su esencia es suave y rica, ya que su sabor no suele ser penetrante. Es más bien discreto, pero que al comerlo deja posteriormente una sensación que perdura. Actualmente, se encuentran realizándose otras versiones sin azúcar.
El sabor más solicitado en el mundo de los helados por lo regular es el chocolate. Pero podemos decir que el segundo lugar se encuentra debatido siempre entre la fresa y la vainilla, muy solicitados por el público.
¿Y qué es la vainilla francesa?
En el caso de la vainilla francesa, la gran diferencia es el agregado de yemas de huevo añadidas a su base. Esto se refleja también en su apariencia, en donde posee un ligero amarillo pálido que lo distingue.
Si ves un helado de vainilla tradicional, verás que es casi blanco cuando lo colocas a un lado de la variación francesa. Y no solo eso, la presencia del huevo termina por causa un sabor mucho más intenso al probarlo.
Por lo regular se vende el sabor así en solitario, pero hay quienes realizan sus mezclas con otros sabores como son el chocolate, crema para café, pastel de queso, etc…para poder aprovechar ese sabor.
En conclusión:
Ambos son vainilla en su esencia, pero la versión tradicional solo incluye azúcar, crema y leche. El añadido de ponerle yema de huevo para la versión francesa da como resultado que se potencien ciertos sabores.
Eso no quiere decir que uno sea mejor que el otro, ya que hay quienes prefieren el sabor mucho más delicado y discreto de la versión sin yema de huevo.
Además, físicamente también hay un cambio ya que debido a la yema de huevo el color termina por variar en uno más amarillo en la versión francesa. Por lo que poner uno junto al otro se distingue cual es cual.
Por último, debido al ingrediente extra la variedad francesa de la vainilla suele tener un costo más alto. Ya que además implica una preparación distinta así como una conservación diferente si se quiere hacer lo más natural posible.
Al final termina siendo dos sabores con sus respectivas diferencias, así como también su propio público que le encanta.