Diferencia entre semilla y grano, base de nuestra alimentación

Al hablar de alimentación, es bastante seguro que en alguna ocasión te has confundido al escuchar los términos semilla y grano. Y es que me he encontrado con que muchas personas piensan son lo mismo.

O meten uno en la clasificación de otro, solo porque tienen cierta similitud en tamaño e incluso propiedades alimenticias. Para seguir evitando confusiones, vamos a definir cada uno junto con algunos ejemplos.

Diferenciando entre semilla y grano.

diferencia entre semilla y grano

Vamos a primero poner como concepto cada uno, lo que permitirá tener una mejor idea de cada uno.

¿Qué es una semilla?

Son estructuras naturales que se encuentran en diversas plantas y son esenciales para su reproducción. Si, son bastante pequeñas, pero contienen los nutrientes necesarios para dar origen a una nueva planta. Y nosotros como personas las aprovechamos porque son una excelente fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y grasas saludables.

Existen diferentes tipos de semillas, cada una con características y beneficios únicos. Algunas de las semillas más populares son la de chía, lino y girasol. Pero la lista es inmensa.

¿Y qué es un grano?

Es imposible no conocerlos, ya que son la base de muchos alimentos que consumimos a diario. Estos se obtienen de diversas plantas, como el trigo, el arroz, la cebada, el maíz y otros cereales. Son una excelente fuente de energía, carbohidratos, proteínas, vitaminas del complejo B y minerales como el hierro y el zinc.

Algunos ejemplos de los que por lo regular consumimos en nuestro hogar son: trigo integral, arroz integral y también la avena. Muchos de ellos son la base de la gastronomía de culturas enteras.

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Algunas semillas pasan a ser granos.

La confusión puede venir ya que una semilla puede terminar por volverse un grano en cierto punto. Cuando es una semilla, podemos ver que se encuentra todavía en etapa reproductiva, puede terminar por ser sembrada.

Es fresca y viva por dentro, pero muchas de ellas son tomadas por las personas para convertirlas en granos. Por lo regular este proceso consiste en secarlas, para lograr que queden duras y listas para ser procesadas.

Es importante tener en cuenta que no todas las semillas se convierten en granos. Por ejemplo, las semillas de chía y las semillas de lino, aunque son muy nutritivas, no se clasifican como granos. Siguen siendo semillas, pero no pasan por el proceso de maduración y transformación en grano como se ha mencionado anteriormente.

Al final, lo más fácil es revisar una tabla de clasificación. Las más conocidas hoy en día están perfectamente clasificadas para el conocimiento de la gente.