Todas las personas necesitamos gastar en todo tipo de cosas. Para que podamos satisfacer necesidades, para eso trabajamos y obtenemos efectivo. Existen dos tipos de productos en los que todos gastamos: bienes y servicios.
Ambos son términos extremadamente conocidos por ser utilizados a diario. Pero es bueno conocer la definición de cada uno, en el comercio son vitales y como consumidor es importante tenerlos bien definidos.
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Diferenciando entre bienes y servicios.
Lo mejor que podemos hacer es definir primero cada uno por separado, para luego llegar a una conclusión.
¿Qué son los bienes?
Los bienes son aquellos productos tangibles que se pueden tocar, ver y sentir. Es decir, son objetos físicos que se pueden comprar, como una mesa, un coche o una ropa.
Los bienes pueden ser duraderos, como una nevera o una televisión, o no duraderos, como una barra de pan o un paquete de papel higiénico. En pocas palabras, cuando gastas dinero en ellos los puedes tocar y transportar.
¿Y qué son los servicios?
En cambio, los servicios son intangibles, no se pueden tocar. En este caso, se trata de una actividad o un trabajo que se realiza para satisfacer una necesidad o un deseo del cliente.
Algunos ejemplos de servicios pueden ser ir al cine, cortarse el pelo, recibir asesoramiento legal o contratar una compañía de seguros. Un servicio es disfrutado, pero al final no es algo que puedas guardar y conservar de manera física.
En conclusión:
Una de las principales diferencias entre ambos es que los bienes se pueden almacenar y vender varias veces, mientras que los segundos son consumidos y desaparecen una vez que se han utilizado.
También se debe tomar en cuenta que los bienes suelen ser más fáciles de estandarizar, producir y vender en masa. Los servicios no, suelen ser más personalizados y adaptados a las necesidades de cada cliente. Además que también depende de las condiciones de quien lo presta su calidad.
Otra diferencia importante es que la calidad de los bienes puede medirse y evaluarse antes de comprarlos, mientras que la calidad de los servicios depende en gran medida de la experiencia del cliente y de la habilidad del proveedor del servicio.
Ambos son necesarios para nuestra vida diaria, consumismo toda clase de productos y servicios todo el tiempo. Pero también es necesario distinguir bien la naturaleza de cada uno para poder entenderlos, disfrutarlos y exigirlos mejor.